Presidida por Mauricio Romero, hoy se reunió la Comisión de Gestión Ambiental y Sostenibilidad del Concejo Deliberante de Córdoba, con modalidad híbrida: de manera presencial y telemática vía Plataforma Zoom.
En la oportunidad se trataron dos proyectos relacionados: un pedido de informes del bloque de la UCR referido a la compra que realizó el Departamento Ejecutivo, mediante subasta electrónica, de árboles, arbustos, gramíneas, champas y macetas. Luego se consideró una propuesta, también de la UCR, recomendando la firma de un convenio con el Vivero Forestal Educativo de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, justamente para la provisión de árboles al municipio.
Para responder al pedido de informes concurrieron los funcionarios municipales Diego Ortiz, jefe de Sección de Arbolado e Inspección de la Dirección General de Espacios Verdes; Pablo Aguirre, director General de Espacios Verdes; y Julieta Colombres, subsecretaria de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Córdoba.
La oposición cuestionó básicamente el costo de la compra (más de 500 millones de pesos), los precios y que haya habido un único oferente.
Pablo Aguirre explicó cómo se trabaja en el Plan Forestal. Dijo que se parte de un diagnóstico previo y se proyectan las necesidades anuales de la Municipalidad, para cubrir casi 14 millones de m2 de espacios verdes y también de arbolado público.
“Hay una programación, porque la fecha de contratación no es necesariamente la misma de entrega del material. No podemos hacer compras abiertas e ir pidiendo a medida que necesitamos. Se hace una compra única para todo el año”, remarcó.
Por su parte, Diego Ortiz, mencionó que se planifica dónde hacen falta árboles, de qué especie y en qué época plantarlos. “Desde 2017 hacemos con becarios un relevamiento de la realidad. Sabemos dónde hacen falta árboles y en base a eso actuamos. Las especies no se compran cuando uno quiere, sino en determinadas épocas del año. En la ciudad hay condiciones extremas por la construcción, estrés hídrico, años de sequía, pero igual no podemos dejar de forestar”, insistió.
Los funcionarios explicaron que la ciudad tiene alrededor de 700.000 árboles, lo que implica casi el triple que Buenos Aires.
Respecto de los costos de la compra anual realizada, Ortiz dijo que el presupuesto se fijó con previa consulta a viveros y a la UNC, pero admitió que “fueron pocos los proveedores que estuvieron en condiciones de participar y eventualmente proveer”.
“Hubo un solo proveedor, que es el mismo que viene ganando desde hace más de 10 años. Esto evidencia las dificultades que hay en el rubro para poder contar con todas las especies. No logramos que otros proveedores cuenten en cantidad con lo que requerimos”, aseguró.
La opositora Elisa Caffaratti (UCR) aclaró que no cuestionaba el plan de forestación, pero sí el procedimiento de compra. “Lo que hay que resolver urgente acá no es la provisión de árboles, sino cómo se hace y a qué costo. Es preocupante que después de tanto tiempo siga habiendo un mismo y único oferente”, dijo.
Al respecto, sugirió que se revise la formulación de la compra y que se intente sumar al Vivero Forestal de la UNC como proveedor. “Es un problema económico y administrativo, no técnico. ¿Qué pasa que los demás viveros no están en condiciones de cotizar?”, preguntó.
En el mismo sentido opinó Graciela Villata (Frente Cívico), al objetar que los renglones de la licitación implican compras de grandes cantidades. “Hay que abrir esos ítems, que no se pidan 4.400 especies en un solo renglón. Las cantidades abruman. No se pueden poner números imposibles para productores locales”, evaluó.
Los funcionarios respondieron que es inviable hacer una decena de subastas y recalcaron que hubo invitaciones personales a oferentes. “No se presentan. Podrían hacerlo, pero no lo hacen. Y no es por defecto de la planificación de la subasta. Vamos a tomar las sugerencias de la oposición, pero dejamos en claro que no hay nada que hayamos hecho para excluir oferentes”, reafirmaron los representantes del Ejecutivo.
El pedido de informes se consideró respondido y se aprobó su pase al archivo. Lo mismo sucedió con el pedido anexo para que se impulse un convenio con el Vivero Forestal de la UNC. Los funcionarios replicaron que tal convenio ya existe desde 2017.
La responsable de ese vivero, Jacqueline Joseau, precisó que su tarea es básicamente educativa y que generan plantines de muchas especies, que no se hacen de un día para el otro. Y agregó que si tuvieran que hacer miles de ejemplares de una especie, se debería planificar con mucha antelación y asegurar la compra. “Nuestro proyecto se autofinancia. No podemos regalar las plantas”, graficó.